“No está atribuida en modo alguno a la República del Perú, ni a ningún otro Estado, la facultad de decidir sobre la participación de ningún Estado miembro y fundador en las reuniones de la Cumbre de las Américas”, señaló el canciller Jorge Arreaza en la misiva enviada a su homóloga peruana, Cayetana Aljovín.
Por tanto, añadió el ministro, “no existe impedimento de ninguna naturaleza para que Venezuela” tome parte en el encuentro el 13 y 14 de abril
“Confirmamos que el presidente Nicolás Maduro Moros asistirá puntualmente (...) a la ciudad de Lima como representante del Pueblo Bolivariano de Venezuela”, subrayó la nota de respuesta a una carta de la canciller peruana indicando que el presidente venezolano no es bienvenido a la Cumbre.
Según Arreaza, a Perú, como anfitrión, “solo le corresponde extender la cortesía de invitación a los dignatarios, organizar la reunión y brindar las facilidades logísticas de seguridad y resguardo a los participantes, además de garantizar las inmunidades y privilegios respectivos”.
Sin embargo, la canciller peruana reiteró que Perú tiene los mecanismos para impedir el ingreso de Maduro.
Perú se ampara en legalidad
“Todo Estado tiene facultades y procedimientos administrativos para establecer medidas de diferente tipo cuando una persona no es bienvenida”, sostuvo Aljovín.
Para Caracas, el gobierno peruano, con “evidentes motivaciones políticas/ideológicas”, está incurriendo en un “irrespeto a los principios elementales del derecho internacional”.
“Maduro ha dicho muchas cosas que no ha cumplido”
“Cuando a alguien se le dice que no es bienvenido, debe asumir que no es bienvenido. Estoy segura, así va a ocurrir”, reiteró la canciller peruana, Cayetana Aljovín.
Al término de una reunión de los 14 países del Grupo de Lima, Aljovín pidió a Maduro que desistiera de acudir a la Cumbre, pues su presencia ya no era “bienvenida” a raíz de su insistencia de realizar elecciones presidenciales en Venezuela el 22 de abril sin garantías para la oposición.